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Ardiente aventura de vacaciones con una relación extramatrimonial

Ardiente aventura de vacaciones con una relación extramatrimonial

Lee el testimonio de Maria, usuaria de Mujeres Infieles. Tuvo su primera relación extramatrimonial en unas vacaciones más que merecidas.

No me me creía las historias de mujeres casadas infieles

Había leído en revistas de mujeres mucho sobre infidelidad. Pero no me creía todas estas historias de mujeres casadas infieles.  Sin embargo, todo esto me parecía una falacia, hasta que me tocó protagonizar una ardiente relación extramatrimonial.

Todo comenzó cuando unas más que merecidas vacaciones se asomaron como opción para hacer un alto en mi ajetreada vida de mujer casada, madre de 2 niñas y ejecutiva de una importante empresa de cosméticos faciales.

Viaje al caribe con mis compañeras de trabajo

Linda y  Laura, compañeras de  trabajo, también tomaban sus vacaciones y propusieron un viaje a unas paradisiacas islas del caribe. Luis, mi comprensivo marido, aupó con entusiasmo la idea y me expresó su disposición de cuidar a las niñas y el hogar para que yo pudiera disfrutar de mi viaje. Claro que sus ánimos no incluían lo que iba a suceder, que tuviera durante esas vacaciones una relación extramatrimonial.

¡Y allá íbamos, a disfrutar de un merecido descanso en el paraíso! El vuelo fue todo un éxito, nada de contratiempos y mucha diversión; todo indicaba que lo que estaba por venir era muy prometedor – claro que en ese momento no pensaba en una relación extramatrimonial, simplemente me lo quería pasar bien.

Al llegar, todo fue días de compras, playa y sol y noches de baile, demasiada diversión.  Las tres sentimos una vez más esa sensación de libertad, sensación que no experimentábamos desde aquellos días de soltería, momentos que vivimos en el instituto y la universidad.

Una competición de natación marcó el comienzo de mi relación extramatrionial

Un día se le ocurre a Laura plantear una competición de natación, la idea era nadar hacia lo profundo y regresarnos a la orilla, la primera en llegar, sería la ganadora. Aceptamos el reto y la competencia comenzó; todo iba bien, nadé lo más rápido posible, pero no contaba con que el sedentarismo me iba a pasar factura.

Ya estaba a punto de llegar a la orilla, cuando de pronto sentí que me desmayaba debido al agotamiento; todo se nubló en mí y caí en la inconciencia. Ese momento se asemejaba a un video, el cual es detenido en plena acción.

De pronto sentí que regresaba del trance y lo primero que sentí fue unos carnosos labios sobre los míos, mis manos alcanzaron a apretar unos bíceps firmes y musculosos, al tiempo que escuchaba voces que exclamaban ¡ya volvió! Al abrir los ojos vi sobre mí a todo un “adonis”, me brindaba auxilio, todo parecía un sueño. Jamás pensé que un salvavidas iba a cambiar mi vida e iba a transformarme en una esposa infiel.

Es que la infidelidad no estaba presente allí, eso era solo la aplicación de primeros auxilios, lo que vendría después es a lo que me refiero cuando hablo de mi relación extramatrimonial. La sensación de esos cálidos labios sobre los míos, jamás iban a ser borrados de mi mente.

Esa noche, a pesar de mi malestar, las chicas no detuvieron su diversión, yo misma las animé a que fueran a la disco – disfruten, no sabemos en cuanto tiempo tendrán otra oportunidad como esta, les expresé. Una de ellas incluso hablaba de una relación extramatrimonial, pero yo estaba pendiente de mis propios pensamientos.

Él hizo el primer paso para la relación extramatrimonial

Sola en la habitación, no hacía más que pensar y sentir esos labios, esos bíceps: en eso, se interrumpe mi fantasía, alguien golpea la puerta. Me dije a mi misma: “ya están de regreso las chicas”.

¡Mi asombro fue infinito! ¡Era él!…En sus manos, un ramo de rosas rojas y una botella de vino. Entre risas y alegrías, celebramos mi regreso a la vida.

La última gota de vino, marcó el comienzo de un romance y mi debut en una relación extramatrimonial como mujer casada infiel; los encuentros se repitieron hasta que el viaje terminó.

Aunque mi vida cambió, todo volvió a la normalidad, y ya de regreso a mi hogar, sigo siendo la amorosa esposa y madre abnegada. Ese paraíso del caribe fue testigo de mi “ardiente aventura” de vacaciones. No he vuelto de tener ninguna relación extramatrimonial, lo que sucedió en aquellas vacaciones para mi fue algo excepcional.

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